FINES DE LA CONSULTORA C-7 DE SEGURIDAD Y CONVIVENCIA ESCOLAR.

1.- Impulsar el logro de escuelas no conflictivas y no violentas, y asistir a los equipos directivos docentes, mediante asesoramiento externo, a fin de conseguir sensaciones de seguridad en las comunidades escolares.
2.- Contribuir, mediante propuestas, consulta, informes, estudios, investigaciones, enseñanzas, y cualquier otra herramienta que pueda servir al prestigio y promoción social de maestros y profesores, e implemente la autoridad de sus desempeños en las aulas, y ayudarles al adiestramiento y aprendizaje de hábitos, tácticas y habilidades que faciliten la avenencia y convivencia en las dependencias de los recintos escolares, y en cualquier caso, informar, adiestrar, alentar y respaldar a los profesionales de la enseñanza, al objeto de frenar /erradicar las desaveniencias y conflictividad en las aulas.
3.- Asesorar a los Consejos Escolares, tras observaciones de campo, encuestas y procedimientos de análisis, sobre el tratamiento de los puntos negros contingenciales y estructurales, si existieran, en el ámbito de la comunidad escolar, y también informar sobre aquellos comportamientos tramposos entre iguales/desiguales, que de modo extraordinario repercuten en los segmentos del equipo docente, entre otros: matonismo, acoso sexual, prácticas vandálicas, tagers y manchas de grafiteros, y tráficos de estupefacientes.
4.- Recomendar protocolos de actuaciones académicas y extraacadémicas que sirvan para adiestrar a los equipos multidisciplinares que se ocupan de las comunidades escolares y adiestrarlos para enfrentarse a probables comportamientos graves y violentos que puedan suceder y ocurrir en el transcurso escolar, y poner en riesgo la vida y la seguridad de las personas que aprenden, enseñan, trabajan y colaboran en los centros docentes, entre otros: revueltas estudiantiles, pandilleo en las aulas, “listado de blancos”, sociedades secretas, practicar apuestas, pagar protección, amenaza terrorista, etc.